Si realmente vivimos en una simulación, ¿qué significado tiene todo? ¿Por qué deberíamos continuar con nuestras vidas? Hay varias razones para esto. Como hemos señalado, estamos aquí por una razón: cada uno de nosotros ha elegido venir a esta realidad, nacer en una vida completamente nueva sin saber nada de nada. Esa es, sin duda, una de las razones. Aunque no sabemos, y no podemos saber por qué, hemos elegido estar aquí nosotros mismos. Otra razón es que la vida es simplemente maravillosa. Incluso cuando creemos que estamos en una simulación, aún podemos ver la belleza en la vida, y nosotros mismos contribuimos a esa belleza al elegir venir aquí y ser parte de ella. Dondequiera que miremos, podemos ver belleza. Una ola rompiendo en una playa de arena en un caluroso día de verano. El susurro de las hojas en un día ventoso de otoño. Las altas capas de nieve cubriendo el suelo, que nuevamente ha caído en una muerte temporal. ¡Y la primavera, la temporada en la que la naturaleza vuelve a vivir! Los primeros brotes de hierba, las primeras flores, los primeros insectos, los primeros cantos de pájaros. Sin mencionar nuestras vidas diarias. Conocemos a otras personas, pasamos tiempo con ellas, trabajamos para avanzar en nuestros objetivos compartidos. Reímos, lloramos, amamos. Encontramos contratiempos tristes y momentos de felicidad perfecta. Todo esto, y mucho más, pero para experimentarlo verdaderamente, debemos estar presentes en ello. Debemos ser conscientes de nosotros mismos y de los demás, y entender que somos uno. Porque esa es nuestra verdadera realidad. Nuestra conexión con los demás - otras personas, otros animales, plantas, la Tierra y la propia existencia - es la realidad que importa. Incluso si vivimos en una simulación, el hecho de que experimentemos y hagamos esto juntos es lo que tiene significado. Todos hemos elegido independientemente venir a esta realidad, cada uno para lograr nuestro propio propósito, y juntos para cumplir el propósito por el cual hemos creado esta realidad. Es tan significativo que conscientemente entramos en esta realidad una y otra vez, para vivir cada una de nuestras vidas aquí tan presentes y plenamente como nos sea posible. El momento de la muerte - cuando podemos elegirlo nosotros mismos - es solo cuando hemos cumplido con nuestro propio propósito y hecho todo lo posible por el propósito de la realidad, o si realmente hemos perdido todas nuestras oportunidades para ellos. Hasta entonces, vivamos la vida al máximo. ¡Encontrémonos a nosotros mismos, estemos presentes y hagamos nuestro mejor esfuerzo! ¡Encontrémonos, exploremos, construyamos, socialicemos, amemos y reproduzcámonos! Seamos conscientes de que cada momento podría ser el último y vivamos en consecuencia. Y nunca privemos a los demás de sus vidas, sus oportunidades para cumplir su propio propósito o su significado.